domingo, 28 de octubre de 2012

On 19:44 by Mercedes Mayol   No comments

Hace unos meses, mientras esperábamos a comenzar una reunión del equipo de  la Fundación, alguien dejó sobre la mesa un libro de poemas, “Celebriedad”, 
 el cual comencé a leer casi por aburrimiento y que hizo que la reunión que 
 nada tenía que ver con literatura se centrara en el tema de la poesía 
 latinoamericana contemporánea y sus nuevos referentes. Entre tironeos y 
 promesas de “Te juro que te lo devuelvo el viernes”, logré que su dueño, me 
 prestara el libro y terminé de leerlo esa misma noche, para volver a 
 releerlo al día siguiente sin esa ansiedad que genera algo que nos atrapa y 
 nos impulsa a devorar en vez de degustar lo que tenemos entre manos.
En la siguiente reunión, Edwin Madrid pasó a formar parte de nuestra agenda 
 y por supuesto de mi biblioteca personal sin dudas ni vacilaciones.

Poco tiempo después, supimos que se publicaría en Argentina “Pavo muerto 
 para el amor” y a partir de allí comenzó esta aventura.
Traer a uno de los mejores poetas Latinoamericanos contemporáneos y 
 auspiciar la presentación fue para nosotros un privilegio y un inmenso 
 placer, no solo por su calidad única como escritor, sino como persona. De 
 una sencillez y humildad que da claras cuentas de su grandeza, este poeta 
 destructor de estructuras prearmadas y de un humor agudo y mordaz, lleva en 
 su impronta varios merecidos premios, entre ellos el Premio Casa de las 
 Américas 2004 a la poesía.

Dicho esto, comenzaré a narrar los eventos acaecidos desde su llegada a 
 Buenos Aires:

 12 de octubre, 19 Hs. Biblioteca del Congreso de la Nación.

 La gente comenzó a llegar antes, de hecho mientras hacíamos el reportaje que 
 podrán ver apenas se encuentre editado, con la misma ansiedad que yo leí 
 aquel primer poemario.

 Luego llegó Jorge Boccanera. Yo ya me encontraba suficientemente abrumada 
 con estar junto a Madrid, y con Jorge mis niveles de emoción llegaron al 
 tope. Tuve que hacer un enorme esfuerzo para dejar de lado a la lectora, 
 admiradora y Cholula para ponerme en el papel de Directora de la Fundación. 
 Nos sentamos, los presenté a ambos intentando no tartamudear y a partir de 
 ese momento pude ver en acción lo que significa ser un grande. Con un 
 lenguaje simple, dobles sentidos, bromas y sarcasmos, Madrid y Boccanera se 
 turnaron para hacer de la presentación algo original y divertido para 
 delicia de todos. 
 En este punto quiero agradecer a la gente de la Biblioteca del Congreso, 
 trabajar con ellos ha sido para nosotros un enorme placer, los que 
 trabajamos en la gestión de arte sabemos lo difícil que suele ser acordar un 
 evento de estas características. Pablo Talamoni y su equipo, no solo fueron 
 eficientes, sino resolutivos y de una calidez asombrosa. El espacio es 
 bellísimo y les recomiendo la agenda del lugar. No se van a arrepentir y 
 nosotros volveremos por supuesto.


 Hacer de los obstáculos un desafío y del arte una misión es el objetivo de  la Fundación Artesomos y para ello estamos trabajando.


 Esta es la prueba más contundente que tenemos del intercambio cultural entre
 los pueblos hermanos de América Latina.

 Gracias Edwin Madrid.


 Mercedes Mayol

 Fundación Artesomos






























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